Emociones a flor de piel

  Aunque su reputación es la de un animal independiente e incluso fiero, el gato puede mostrar un sin fin de emociones, desde el cariño que profesa a sus dueños, hasta el miedo al mundo exterior, ruidoso y peligroso.  Estas emociones serán mas o menos manifestadas en función de la personalidad de cada gato, pero siempre serán sinceras y espontaneas.
  El gato es un animal solitario y, como la gran mayoría de los felinos, vive por sí mismo en forma autosuficiente e independiente. El único período de vida comunitaria se produce en la etapa en la que son simplemente crías, y perdura hasta que la madre ha acabado su trabajo de educación felina. Este período es crítico ya que condiciona el buen desarrollo psíquico del minino. Así podrá desarrollar lo mejor posible todas sus facultades y aprenderá a controlar sus emociones.
  Quizas sea porque el gato no necesita de la ayuda humana para sobrevivir, que hace que su personalidad sea adorada por ciertos humanos y detestada por otros. Ciertamente independientes, pero sólo hace falta que le acojamos en nuestro hogar y le ofrezcamos todo lo que necesita, para que nos demuestre todo lo que es capaz de hacer y sentir. Sus emociones nos pueden llegara sorprender.